dimarts, 15 de febrer del 2011

Una triunfadora que nadie vio

PA NEGRE ES LA gran triunfadora de los premios Goya. Ha ganado una película que casi nadie vio y que sin embargo pagamos todos. Si el cine español siempre ha sido el ejemplo de cómo producir películas sin espectadores, este año la minoritaria cinta triunfadora ejemplifica la travesía del desierto de la mal llamada industria cinematográfica española: buenas críticas, quizás, pero poca taquilla. Todo un ocaso.

Sólo 70 millones de euros de los 655 recaudados en 2010 corresponden a producciones españolas. Se trata de una caída abismal respecto al año anterior, cuando la cuota de pantalla ascendía al 16%. El Fondo de Protección a la Cinematografía ha dedicado más de 89 millones a ayudas para el sector, lo que supone una brecha de prácticamente 20 millones entre lo invertido y lo generado. Esta es la radiografía más reciente.

Si nos centramos en el metraje ganador en los Goya, la presencia de lo público es abrumadora: el 82% de su presupuesto proviene de alguna administración y se dejan notar tanto con ayudas directas como con indirectas. Algunas de ellas a fondo perdido. Este es el presupuesto desglosado de la película, de cuatro millones en total:

Coproducción (TVC): 500.000 euros
Derechos de antena (TVC): 200.000 euros
Derechos de antena (TVE): 1.000.000 euros
Ayuda del ICIC: 500.000 euros
Crédito del ICAA con garantía de subvención posterior: 700.000 euros
Crédito del ICIC con garantía de subvención posterior: 400.000 euros
Ventas internacionales: 200.000 euros
Inversión de la productora Massa d’Or Produccions: 500.000 euros

Es decir 3,3 de los cuatro millones tienen origen público. A la supuesta cuenta de explotación cabe añadir la recaudación cosechada en taquilla en los más de dos meses que Pa negre lleva proyectándose: apenas 50 mil espectadores. Un negocio ruinoso. Supongo que en este momento habrá quien me pedirá que publique el documento en el que se afirma que Pa negre está pensada para ser una fábrica de recaudar millones.

No puedo aportar prueba alguna que reconozca abiertamente que se quiera hacer negocio con esta película, pero sin embargo hay quien arriesgando medio millón y procurándose 200.000 euros en ventas fuera de España ha finalizado un proyecto de cuatro millones que ahora, gracias a los premios Goya, revitalizará sus pingües ingresos. Si el cine americano se gasta un 40% de media en promoción, aquí parece ser que no se conforman con que les paguemos las aventuras: la promoción extra también la costeamos los contribuyentes con más dinero público.

Me vienen varias preguntas a la cabeza: si el cine español tiene que estar subvencionado, ¿Por qué no se vehicula a través de los espectadores y no de los productores? ¿Por qué no se exige el más mínimo plan de negocio para las producciones pagadas o financiadas por las administraciones públicas? Quiero recordar que a las empresas que piden financiación al ICO se les exige un plan de viabilidad.

Más dudas: ¿Por qué no se hacen públicas las listas de películas a las que se les ha negado la ayuda? ¿Cuántos puestos de trabajo se salvarían si los 89 millones abocados al sector se hubieran puesto en manos de las pymes? ¿Cuántos puestos de trabajo indirectos se habrían salvado? ¿Cuántas empresas se habrían abierto con 89 millones en ayudas a la emprendeduría? En definitiva: ¿Nos podemos permitir el lujo de mantener artificialmente determinados sectores en el actual contexto económico y de recortes de ayudas esenciales para el común de los ciudadanos? Creo que no.

1 comentari:

Ismael García Villarejo ha dit...

Agustí Villaronga, dtor. de la película ha concedido una entrevista a 'El Mundo'. Con el permiso de mis colegas, reproduzco algunos pasajes muy relacionados con mi post:

(···) "Si no existiesen (las subvenciones), no podrían hacerse las cosas. Ni en el cine, ni tampoco en otras muchas actividades económicas. Parece que la gente del cine somos una panda de aprovechados que vivimos del cuento y no es así. Además, no hay que olvidar que el cine es cultura y que, como tal, es necesario y debe hacerse. Los modelos están en Europa, en sitios culturalmente más desarrollados, como Francia y Alemania. Yo antes pasaba mucho del productor, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que todo el peso no puede recaer en él, que la aportación de las televisiones es muy necesaria."

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