QUE TWITTER LO CARGA el diablo es algo que saben perfectamente desde el ‘cantante’ David Bisbal hasta el conseller Lluís Recoder. Ambos son conocidos en sus ámbitos y han sufrido pequeños altercados twitteros. El primero se preocupó en exceso por las pirámides en plena revolución egipcia y no por las víctimas, mientras que el conseller discutió con cierto periodista sobre si los ferrocarriles catalanes se ‘renferizan’ o no, para inri de sus asesores de comunicación.
Afortunadamente ambos han aprendido. Es algo que yo no puedo decir porque mis pecados se transforman en una fuga constante de followers, o sea de seguidores, dicho en román paladino, que probablemente no soportan mi actitud en la red social. Tan notorio es, que hasta yo me di cuenta de la reducción de mi lista como reacción a determinados mensajes. Así que una mañana escribí un twett broma que mandé a Xavier Gassó, Víctor Cortés y Juan Díaz. Decía que quizá debería escribir un manual sobre cómo perder seguidores y aportar así mi granito de arena al desenmarañamiento de la página de los 140 caracteres. En cambio, también advertía que María Josep Serra debería confesar cómo se ganan; sólo así el marco sería completo.
Pero como Twitter lo carga el susodicho, es lo único claro que tenemos, el twett sólo se giró en mi contra. Nadie pidió ese artículo a Maria Josep –quizá porque todo el mundo cree saber cómo ganarlos— y sí reclamaron el mío. Así que aquí estoy, cumpliendo con la palabra twittera en plena madrugada y después de haber escrito unos cuantos artículos para Economía Digital…
Pero a lo que iba. La respuesta a la pregunta que planteo en este post es sencilla. Se pierden followers defraudándoles. Pero no como entiende Pablo Coelho, él piensa que el lector sólo se decepciona si le mientes, sino ignorando sus expectativas por varias razones que, sin ánimo de extenderme demasiado, sintetizo en el siguiente decálogo (ahora tengo que pensar 10 ) de maneras para perder seguidores:
-Primera manera: no devolver el follow. Es algo en lo que me he especializado y que penaliza mucho. Cuando decido seguir a alguien, no lo hago esperando que el otro sin mayor razón que esa decida devolverme el gesto. En su día hice follow al Financial Times sin pretender que ellos me sigan, sino porque me interesa lo que explican.
-Segunda manera: convertir tu TL (timeline) en un chat. Ganar los primeros 100-120 seguidores fue tarea sencilla. Son en mayor o menor grado gente a la que conozco y con la que interactúo fuera de las pantallas. Tratar en persona a buena parte de mis seguidores, sin embargo, me ha llevado a mantener conversaciones por Twitter como si aquello fuera un chat. He comprobado que esto no gusta nada a los demás y que les importa bien poco la conversación que tengas con uno de tus followers. Mejor los DM (mensajes directos).
-Tercera manera: dispersión temática. Si no quieres hacer una escabechina con tu lista de followers concéntrate en pocos temas. Si te pasa como a mí, que eres politemático e imprevisible, el día que cambies de tercio o te escores hacia un asunto en concreto perderás followers, aquellos que hayas ganado cuando estabas en racha con otro asunto.
-Cuarta manera: Retwittear (RT) mensajes de tu empresa. Enviar twetts oficiales de la empresa en la que trabajas puede ser un engorro para tus seguidores. Es como si en una reunión social no paras de hablar de tu trabajo, te arrinconarán. Hay cierta tolerancia a los RT, pero piensa que si estuvieran muy interesados en tu empresa seguirían directamente su perfil corporativo, además del tuyo.
-Quinta manera: la inconstancia. Desaparecer unos días de Twitter está mal visto. En mi caso he comprobado que cuando estoy más de dos o tres días sin escribir nada, pierdo seguidores. Pero pasa también lo contrario. Cuando estoy eufórico se borran por pesado. Intenta dar con el término medio.
-Sexta manera: Ignorar a tus followers. En la medida que te sea posible intenta interactuar con ellos. Yo no soy nada dado a hacer RT de los twetts que leo, a no ser que sean extremadamente interesantes, y así me va. Además, si te mandan una mention contesta aunque no conozcas ni sigas a la persona. No seas tan arisco como yo y no te concentres sólo en unos cuantos convirtiendo, como decía, tu TL en un chat. Piensa que gracias a esos mensajes puedes captar los intereses de tus seguidores, satisfacerlos y retenerlos… si quieres, claro.
-Séptima manera: Twittear en varios idiomas. Si haces como yo, que twitteas en castellano, catalán e inglés desconciertas a tus seguidores (especialmente a los catalanes).
-Octava manera: No utilizar los emoticonos. Si escribes tus mensajes sin añadir algún emoticono no eres nadie. A la gente le gusta deducir tu estado de ánimo. Por otro lado, si no pones caritas y cositas de esas van a pensar que estás enfadado, y no gusta estar acompañado de estos tipos.
-Novena manera: Presumir de followers. Hubo un día que celebré el seguidor 250 (ya ves tú). A una panda de envidiosos les sentó fatal…
-Décima manera: Contar chistes malos. Twitter no es terreno para determinado tipo de humor. Precisamente la falta de expresividad dificulta que se entienda la broma, ironía o sarcasmo. Xavier Salvador me lo dice: “Hay mañanas que leo tus twetts y pienso, ¿qué c*** está diciendo?” Pues eso. De todas maneras, que sepáis que mi chiste sobre el Nasdaq triunfó en la radio… A Bernardos y Montalvo les hizo mucha gracia.
En conclusión tener más o menos followers no es ni bueno ni malo en sí mismo, sino un reflejo de tu comportamiento, y está claro que yo soy un auténtico maleducado twittero. María Josep, tu turno…;-)
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