Sobre el derroche y el euro

LA DUCHA DE AGUA FRÍA que nos dio ayer Bruselas, o sea Almunia, en forma de previsiones económicas, además de echarnos chuzos de punta, nos recordó las constantes discrepancias entre las previsiones gubernamentales, siempre o más buenas o menos malas, con las estadísticas de observatorios internacionales, como lo es la Comisión Europea. Parece entonces que la fiabilidad de los datos económicos del Gobierno está cuestionada mientras no se consiga alejarlos de la manipulación gubernamental a la que parecen estar sometidos desde hace años, muchos.

La catástrofe almuniana anunciada para los próximos dos años, que prevé un déficit público del 6%, también deja al descubierto la necesidad de someter a los gobiernos a un estricto control del gasto público, es decir evitar que los futuros Zetapés se pasen por el Arco del Triumfo los pactos firmados por España para entrar en el euro. Así que sería de sentido común regular por Ley el derroche de todas nuestras instituciones públicas e independizar la elaboración de las previsiones económicas. De la fiabilidad de éstos dependen, por ejemplo, las subidas de los sueldos.

Por el contrario, lo que garantiza Zapatero es un déficit crónico, un zapatazo mortal a la bolsa común de los recursos públicos que recibirá la puntilla con los futuros pactos de financiación autonómica y que dejarán a la altura de una mera propina los 8.000 millones que Zetapé ha regalado a los ayuntamientos para que hagan saunas municipales. No hay quien le pare, esto si es café para todos: recibirán dinero las comunidades por tener más o menos población, por ser más o menos grandes, por su alta o baja aportación fiscal,… En fin, una orgía económica interracial a la que todos los barones, sea cual esa su color político, están invitados y de difícil cuadratura, por eso atrasa constantemente la fecha en la que repartirá las tazas de nexpresso. Así que si este despilfarro, sea el 15 de febrero o de marzo, se hace realidad, no habrá ni más pistas de monopatín ni más chequesbebés. Habrá más impuestos y más crisis.

Hasta una barbaridad que he leído hoy en un confidencial se podría cumplir. Decían “en exclusiva” que España debería abandonar el euro porque le conviene, según algún experto. Recuperar el control de la política monetaria podría acabar con la crisis, dice el iluminado al que han consultado. Igual es que han hablado con Felipe González, experto en devaluaciones. Sea quien sea, este tipo con incontinencia verbal, probablemente no tiene ni un euro en depósitos o no es español, claro. Pero vamos, que si resucitase la peseta, como augura ese confidencial, no sería porque Zeta quiera, sino porque antes Alemania nos habrá echado, también a zapatazos, del euro.