divendres, 16 de gener del 2009

Mucho dinero, poco empleo

EL GOBIERNO DICE QUE GENERARÁ empleo inyectando 8.000 millones en obras municipales. Ya se han aprobado 7.300 proyectos que suponen una inversión de 3.150 millones. De cumplirse las estimaciones de Solbes se generarán algo menos de 85.000 empleos, esto es cada nuevo puesto de trabajo nos costará a todos, ya que se crean con dinero público, casi 37.000 euros. Según esas mismas estimaciones, los empleos que se crearán serán temporales. No más de tres o cuatro meses. ¿No parece una inversión desproporcionada para lo poco eficaz que puede llegar a ser?

Echemos la vista atrás. No mucho. En los últimos tres meses de 2008 el desempleo creció en 400.000 personas, llegando a la trágica cifra de los tres millones en diciembre. Así que parece que 85.000 puestos de trabajo son una meta bastante exigua, aunque claro es mejor que nada. La medida del Gobierno no sólo es criticable por los escasos efectos positivos que generará, lo es todavía más por el tipo de proyectos a los que se va a destinar ese dinero, es decir los 8.000 millones.

Esta mañana un colega me daba a leer el editorial de su revista, dedicada a las instalaciones deportivas, para saber qué opinaba, sobre el texto claro. Enumeraba, esta publicación, la cantidad de ayuntamientos que han decidido tirar del plan E, como se conoce popularmente al desembolso zapateril, para modernizar sus áreas deportivas. Cambiar la tierra por césped en un campo de fútbol, instalar salas de musculación en los polideportivos, construir saunas, un órgano de piedra o una pista de carrera para pequeños coches no parece la mejor manera de gastar los recursos del Estado.

Lo que mi colega no ha escrito en su editorial es que esos ayuntamientos tendrán que rotular cada obra, con un cartel de grandes dimensiones en el que pondrá, con letras bien gordas, que el césped nuevo o que los vapores que van a tomar en breve son cortesía de Zapatero, aunque no sea verdad. Según leo en Internet, estos rótulos costarán 30 millones gastados en publicidad de dudosa legitimidad.

Desgraciadamente, la filosofía populista y propagandística que subyace en este plan nos recuerda a otras iniciativas del Gobierno, como la del descuento de los 400 euros en las retenciones. En ambos casos, estamos ante medidas que pueden contentar a su clientela electoral, pero no van a contribuir a relanzar la actividad económica ni crear empleo estable. En este sentido, desde el pasado verano, cuando Zapatero empezó a reconocer la magnitud de la crisis, el Ejecutivo no ha aprobado acción alguna que vaya encaminada hacia esos objetivos. Son planes dispersos y poco coherentes, dando la impresión de ir siempre detrás de los acontecimientos.

Da la impresión de que Zetapetas pretende contentar a todos con un desproporcionado aumento del gasto público -hasta el 5,9% del PIB, según las previsiones revisadas-, pero ello, aunque atenúe momentáneamente el impacto de la caída del consumo, no va servir para relanzar la actividad económica y sí para disparar el déficit del Estado, que después los contribuidores del mañana tendrán que pagar con más impuestos. Así que no impulsaremos nuestra economía poniendo césped artificial en los campos de fútbol, ni fabricando saunas. Se necesita una coherencia y un rigor que hasta ahora han brillado por su ausencia.

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