
En Madrid, encontramos el pulso que mantienen Aguirre y Gallardón por la continuidad de Blesa en la presidencia de Caja Madrid y todo ello sin que Rajoy se defina. En Valencia no tardará en estallar la batalla que enfrenta a Camps y Valcárcel, los presidentes de Valencia y Murcia, con Cospedal sobre el trasvase Tajo-Segura.
Ante semejante barullo, a Rajoy le da por consultar con un grupo de expertos como mejorar su imagen pública, a través de las nuevas tecnologías, para compensar la mala prensa que tiene en los medios tradicionales. El PP siempre ha tenido problemas de comunicación, aspecto que los socialistas controlan muy bien, que se lo digan a Rubalcaba; pero nunca había sido tan evidente que las contrariedades del Partido tienen ahora poco que ver con la comunicación, sino con el fondo. El PP no necesita expertos en imagen, la receta por ahora es elaborar un proyecto sólido y un líder, que al lógico debate interno, ponga orden a este desconcierto pepero.
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