NADIE PUEDE SOSPECHAR CUÁNTAS idioteces políticas se han evitado gracias a la falta de dinero, pero ni el dinero nos salva de la taruguez de los políticos. Hoy Madrid, y por ende toda España, se ha colapsado debido a que a una ola de frío siberiano le ha dado por dejar un manto de cuatro centímetros de nieve en la capital. Las carreteras han quedado colapsadas; el AVE ha viajado a 170 Km/h; el aeropuerto "internacional" de Barajas, cerrado durante cinco horas; y... Esperanza Aguirre ha tenido que coger el Metro.
Es lo que tiene el frío, tan helador que encoge hasta a los grandes de España. Tanto les empequeñece que se quedan a la altura del "pueblo llano" y, como los conductores de los coches oficiales tampoco saben colocar las cadenas, y sus vehículos circulan por las mismas calles y carreteras que los nuestros, la pobre Aguirre y su pequeñez transitoria no han tenido más remedio que subirse al Metro para llegar a su despacho en el círculo de Bellas Artes.
Y es que en temporales con esta mala uva en España "no hay un fallo, hay muchos fallos", como nos recuerda la ministra de Fomento. Así que aunque, según Zapatero, nos gastamos un dineral para tener las mejores infraestructuras de Europa, entre otras cosas; nuestros políticos, cuando, cae la nieve, se vuelven lerdos, o más, si cabe. Sólo así se puede explicar la aparición estelar de Maleni ante los medios para explicar semejante colapso.
La ministra Álvarez, lejos de cualquier atisvo de humildad, se despacha diciendo que es normal que Barajas se cierre durante cinco horas por "mal tiempo". Pero que nadie se alarme. Según ella lo nuestro es muy europeo ya que los aeropuertos del resto de la UE cierran "con mucha frecuencia" por nieve -creo que el de Frankfurt sólo abre un par de días al mes-. Vamos, todo tan normal como que centenares de vehículos queden atrapados en las autovías del país. Normalísimo.
Pero, por una vez Maleni tiene razón. Ha fallado todo. Como en otros temporales y como en otras ocasiones. Pero aquí no pasará nada, que se lo digan a ella. Nuestros políticos en Fomento y en los gobiernos autonómicos seguirán en su sitio, aunque tengan que ir en Metro hasta el despacho. Dijo Benigne Bossuet que la política es un ejercicio de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir. Definitivamente en el ministerio de Fomento la política está muy desequilibrada.
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