NO ABRIÓ SU INTERVENCIÓN criticando a Juan Luis Cebrián. Me han contado que ayer había algo que indignaba más que el retraso en la TDT de pago a Jaume Roures, dueño de Mediapro. "¡6,42 euros por un café!, es una pena que el consejero de la Comunidad de Madrid no sea de Consumo para presentar una denuncia. En ningún sitio del mundo me han cobrado 6,42 euros por un café", dijo con la vista puesta en el viceconsejero madrileño de Presidencia, Salvador Victoria Bolívar, presente en el acto. Llevaba casi una hora esperando su turno en las últimas filas del salón del Hotel Intercontinental de Madrid, de cinco estrellas, en que se celebraban ayer unas jornadas sobre televisión. "He guardado el recibo para enmarcarlo", remachó Roures con ironía y hondo dolor en el bolsillo. Mientras me explicaban la anécdota me iba quedando claro que Roures es un hombre poco internacional: "¡Qué vaya a un Marriott!", le espeté a mi confidente.
Me aseguran que el del café no fue el primer gag de una intervención que por momentos tuvo tintes cómicos. Más que sorprendente fue cuando el hombre que más ha porfiado por la introducción de la TDT de pago, que ha hecho negocio del encendido digital y de las posibilidades que ofrece la nueva televisión, confesaba un poco avergonzado que hasta la semana pasada seguía siendo un hombre analógico. "Aunque parezca mentira, no tenía TDT en casa. Sé que antes del 3 abril tenía que tenerla, pero…", concedió. Roures aprovechó la tercera jornada de Liga para hacerlo todo de una vez: TDT y Gol TV. Y se hizo la luz en su hogar: "¡48 canales!", exclamó.
Una comparecencia sui generis. No podía ser de otra manera si se tienen en cuenta los prolegómenos. Justo cuando iba a arrancar el dueño del fútbol su intervención, la megafonía del hotel lanzaba una alerta de incendios y obligaba a todos a bajar a la recepción. Desafiante, Eladio Gutiérrez, presidente de Impulsa TDT y moderador de las jornadas, pidió a los asistentes que hicieran caso omiso de las recomendaciones del hotel "hasta no tener más información". Miradas de duda entre la concurrencia con Roures a punto de arrancar. Cuando finalmente se anima, la megafonía le detiene hasta en tres ocasiones con mensajes en español y en inglés constatando que se trataba de una falsa alarma. Vía libre al show. Si se hubiera aprobado antes la TDT de pago "se hubieran evitado los incendios en tertulias y editoriales", dijo.
Roures continuó confesando no sin cierta pena que su gran apuesta en TDT de pago, Gol TV, con la que espera alcanzar el millón de abonados al final de la temporada de Liga, se ha dejado cadáveres por el camino. "Tenemos reclamaciones de gente que veía Hogar 10", expuso con resignación. Más curioso es que dijera "desconocer las razones" por las que la televisión digital de pago se aprobó el 13 de agosto cuando "tenía que haberse aprobado hace mucho tiempo". ¿De verdad no lo sabe? "Podría circular más tranquilamente por la calle sin que me pidieran tarjetas o decodificadores", se sinceró. Que se las pidan a Cebrián.
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