Ahora se entiende casi todo. Por ejemplo, que Zapatero eche de menos a José María Cuevas al frente de la patronal y que Díaz Ferrán eche de menos a Esperanza Aguirre en Moncloa. De hecho, el presidente del Gobierno creía estar hablando con Esperanza Aguirre cuando el miércoles por la noche Díaz Ferrán mantuvo sin mover un músculo su infumable pretensión de esquilmar la caja de la Seguridad Social para el rescate de empresarios en apuros.
Lo que no pretendía el jefe del empresariado español es dar a los 11 millones de votantes socialistas una excusa para sacar a hombros al presidente del Gobierno. Lo ha conseguido. Con el aplauso del PP, cierto, y por paradójico que pueda parecer, también del PSOE. Por distintas razones, claro. Por fin Zapatero ejerce ese liderazgo que tanto regatea en otras áreas decisivas de la gobernación del Estado. Menos claro queda que los empresarios le hayan hecho la ola al señor Díaz Ferrán quien, por cierto, el 7 de agosto se enfrenta a una huelga de los trabajadores de una de sus empresas (Air Comet) por retraso en el pago de las nóminas. ¿Acaso pensaba pagarlas con lo que quería ahorrarse en cotizaciones a la Seguridad Social?
Ahí queda el balance del fracasado diálogo social. Zapatero volará el día 3 a Lanzarote con ese borrón en su agenda política. Por el contrario, los empresarios habrán perdido la ocasión de mejorar sus posiciones en el funcionamiento del mercado de trabajo y, sobre todo, verán alejarse la oportunidad de aliviar la carga de sus cotizaciones sociales al haber retirado el Gobierno su oferta de rebaja hasta en punto y medio.
El Ejecutivo, por su parte, se limitará a seguir gobernando, con sus luces y con sus sombras, en función de los intereses generales y los retos más acuciantes de la crisis económica. En clave social, por supuesto, sin bajar la guardia en las actuaciones ya programadas en el sector financiero, de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y todas las medidas incentivadoras de la demanda.
El minuto y resultado de esa hoja de ruta lo conoceremos en el Consejo de Ministros convocado para el jueves 13 de agosto. El tema estrella será un primer borrador sobre el proyecto de Ley de Economía Sostenible, que pretende alumbrar un nuevo modelo de crecimiento en España. Y además ese día se tomarán decisiones relacionadas con la parte más social de la fracasada concertación de la semana pasada. Por ejemplo, los 420 euros mensuales a los parados que hayan agotado el subsidio.
En cambio los aspectos del diálogo que más interesaban a la patronal (reforma laboral, rebaja en las cotizaciones a la seguridad social y apoyo crediticio a las empresas), tendrán que seguir esperando porque CEOE (Díaz Ferrán) rompió la baraja con el Gobierno (Zapatero) y los sindicatos (Méndez, Toxo). O al revés, porque estos la rompieron con aquél. Para el caso es lo mismo. Lo discutible es la asignación de culpas. Ahí las opiniones van por barrios. La mía queda clara, me parece.
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