Fritos y refritos

SI NO FUERA PORQUE estamos en pleno febrero, y no en diciembre, hubiera creído que lo que leí el otro día en Público era una broma. Pero no. En la sección de comunicación, encuentro un publirreportaje vestido de noticia en el que aseguran que TVE quiere convertir al Canal 24 Horas en la BBC o CNN española. Quien anunciaba a bombo y platillo esta intención era ni más ni menos que el triunfito de los informativos en televisión, Juan Pedro Valentín ¿Quién es este?, os preguntaréis algunos. Pues se trata del ex director de informativos de Telecinco, entre cuyas hazañas se contabiliza haber hundido a mínimos históricos los telediarios de la privada.

Vasile lo cesó y se fue como director general a, precisamente, Público, periódico que dejó al cabo de seis o siete u ocho meses para incorporarse como mandamás del 24 horas, gracias al indudable enchufe de tamaño industrial que tiene en Javier Pons, director de TVE. En verano se nos anunció una fuerte apuesta por este canal, querían utilizarlo para cimentar a TVE en la TDT tal y como casi han logrado con Clan o Teledeporte. La renovada cadena debutaría tras las vacaciones y tendría su star system particular, encabezado por Vicente Vallés, también ex de Telecinco. Y nos lo creímos. Pero llego septiembre y no pasó nada, llegó octubre y empezó el desastre.

Antes del triunfito, el 24 horas era un canal aburrido de él mismo, sin recursos y bucleado hasta la saciedad. Ante la falta de medios, sus anteriores directores optaron por montar una rueda permanente de repeticiones de las noticias dadas en los telediarios. A veces podíamos ver esas mismas crónicas antes de que se lanzaran en los propios informativos de TVE1, lo que consolidó una audiencia mínima pero lo suficientemente amplia como para superar a CNN+ -que merece otro post aparte-.

Estos resultados bastaron para que el conformismo se instalara en Torrespaña, hasta probablemente la integración de las redacciones de los Telediarios y del Canal 24 Horas, paso inevitable para alimentar correctamente un canal de noticias que pueda parecerse remotamente a BBC News o BBC World (si, para más INRI la BBC mantiene dos canales de información independientes).

Ahora el Canal 24 Horas es algo así como un bareto especializado en fritos y refritos. Queman con aceite de girasol del malo a la audiencia cuando acontece algo urgente y ellos siguen a la suya (se pasaron diciembre entero dando reposiciones del "Informe Semanal" de los ochenta), friendo a los espectadores hasta el hartazgo, que ya se buscan la vida en otros canales similares (en Cataluña el 3/24 multiplica por seis su audiencia). Los refritos vienen de la mano de TVE1 y TVE2 de cuyas producciones se alimenta el Canal 24 Horas durante horas y horas, vamos igualito que BBC World, donde creo que solo ocultan el cartel “Live” durante los cortes de publicidad.

Dicho esto, sorprende que en pleno febrero, más de nueve meses después de que el triunfito llegara a TVE, se nos anuncie que quieren ser como la BBC. Anonada porque además ya lo dijo, hace 11 años, Ernesto Saénz de Buruaga cuando le tocó el marrón, que delegó, evidentemente, de montar este canal en tres meses. Pero semejante declaración de principio atrapa más porque para que el Canal 24 Horas se parezca a BBC News, antes, TVE, toda ella, debería semejarse a la BBC, y para que eso suceda deben cambiar muchas cosas en España y no sólo en TVE.

Sin embargo os recomiendo que veáis de tanto en tanto el informativo nocturno de Vicente Vallés, “La noche”. Este lunes entrevista a los verdaderos triunfitos de los telediarios españoles. Acuden al Canal 24 Horas Matías Prats, Iñaki Gabilondo y Victoria Prego a contarnos su experiencia durante el golpe de estado del 23F. Los tres trabajaban para TVE en 1981 y su testigo es sin duda de calado histórico.

También repondrán los telediarios de aquella jornada, que no se han vuelto a ver desde su emisión original. No está mal, aunque junto a las repeticiones neolíticas de "Informe Semanal", que seguro que nos cuelan, el 24 horas parecerá este 23F el Canal de Historia y no la BBC, precisamente.