Salón Kitty (Tinto Brass, 1976), para quienes no vieran la horrible película, está basada en hechos reales: voluntarias y voluntarios nazis se prostituían, quiero decir, servían al Tercer Reich en un burdel celebérrimo donde se satisfacían las fantasías más extravagantes.
Aquello acabó con el descubrimiento de la red homosexual que dirigía las SA –las primeras tropas de asalto— de Hitler, con Ernst Röhm a la cabeza. Murieron todos asesinados en una noche. Yacían en sus camas, acompañados de sus novios. Hoy diríamos maridos, tal vez. O compañeros sentimentales….
Las y los que pendoneaban por el Kitty lo hacían de gratis. Simplemente ascendían. Otras veces había que matarles porque sabían demasiado. Pero en general, la red de espionaje con el orgasmo como coartada funcionó. Las dictaduras, sin excepción, han perfeccionado el arte de la obtención de información a hurtadillas.
Por supuesto, los soviéticos han sido los maestros aunque los alemanes lo llevaron al colmo con ese espíritu industrial suyo… En Catalunya, de momento, con La Camarga nos apañamos. ¡¡¡Quinientos dossiers!!! O sea, toda Barcelona (y parte de Madrid). El Conde de Godó, a través de La Vanguardia, promete desde hace tres días que desvelará el segundo espacio, además del restaurante, que servía de plató televisivo para espiar.
Juste encore un effort. Ánimo, Godó. Ansiamos las revelaciones. ¿No será un puticlub?
El espionaje es una tradición tan arraigada en Catalunya que hace 20 años, el Rubalcaba de la época (“lo sé todo de todos”), Narcís Serra, organizó a través, precisamente, de La Vanguardia una red de fisgoneo que afectó a políticos, empresarios, periodistas y… hasta al cardenal de Barcelona, entonces Narcís Llubany.
Agentes del CNI recopilaban información y, según El Mundo de la épcoa, cobraban del conde por protegerle. En realidad obedecían a Serra a través del coronel Emilio Alonso Manglano. El militar fue destituido por corrupción y también por espiar en Madrid hasta al rey. Supimos de amantes y su colonia favorita: Calvin Klein.
Por la trama, Godó acabó sentado en el banquillo de los acusados. Fue exculpado. Resulta ahora curioso comprobar cuan aburrida es la historia. Caemos en que al Partido Popular le ha pasado como al editor catalán: pagó a espías que trabajaban contra él.
Gracias a detectives en paro, sabemos que los de Sánchez-Camacho también ficharon a Método 3, la agencia que la espío mientras comía con la ex de Pujolín.
¿Para qué quería el PP evidencias sobre los trapicheos de CiU si no los denunció? ¿Y el PSC? Si pensamos bien, debemos admitir que son informaciones que gusta tener.
–Sé con quién se acuesta Pujol… –¿En serio? –En serio.
Divertimientos aparte, es evidente que, en Catalunya, cuando tiras del hilo de la corrupción socialista acabas en CiU. Si lo haces de CiU, desembocas en el PSC. Y siempre pasas por el PP. Efectivamente Homs, como en las tramas de James Bond: todos encubiertos. Espías contra todos, pagados por todos… hasta por el Barça.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada